Un blog en defensa de las mujeres de Hondarribia. Por su trabajo y constancia. Porque somos las que libramos esta batalla y ¡Por que seguiremos AL PIE DEL CAÑÓN!

martes, 28 de septiembre de 2010

¿Qué dice el Alcalde sobre este tema?

En una entrevista realizada por el Diario Vasco a Aitor Kerejeta Cid Alcalde de Hondarribia, dijo lo siguiente:

- ¿Cómo ha visto la participación de la compañía Jaizkibel?
- El objetivo de la compañía Jaizkibel con la manifestación del día 8 es reivindicar algo y, evidentemente, eso es legítimo. Pero creo que se equivocan en el cómo y en el dónde. Creo que esa manifestación se podría hacer en otro momento, sin hacer coincidir en tiempo y en espacio, para así evitar momentos de tensión que no conducen a ningún lado. De hecho, y así se lo he hecho saber a representantes de la compañía Jaizkibel, creo que esta estrategia va directamente en contra de sus intereses y de su intención de hacer ver la compañía de las mujeres como algo normal. Precisamente generan el rechazo y provocan un sentimiento contrario a sus intereses.

- La compañía ha acusado al Ayuntamiento de Hondarribia de no tomar cartas en el asunto.
- Lo que no podemos es, todos los años, justificar la manera de actuar de cada uno siempre echando la culpa al de enfrente. Creo que si Jaizkibel pretende lo que pretende, lo primero y fundamental es convencer. Y, en ese sentido, la estrategia que llevan en los últimos años no les sirve para convencer e insisto en que creo que va en contra de sus intereses. A partir de ahí, también deberían reflexionar sobre la evolución de este problema en los últimos quince años y, sobre todo, el apoyo social que han podido conseguir.

- ¿Ve alguna solución a futuro para este conflicto?
- Si la mujer va a participar en el Alarde como soldado, esa decisión la debe tomar primero el pueblo de Hondarribia, empezando por sus mujeres. Y hay que contar con Alarde Fundazioa y respetar unos cauces. La mayoría de los hondarribitarras no quiere ese cambio y eso es lo importante, y no los apoyos de instituciones. Eso no funciona y en quince años ha quedado probado. Porque la manera de pensar de una sociedad no la cambian las instituciones, sino los propios ciudadanos.


Jaizkibel critica constantemente la actuación del Ayuntamiento de Hondarribia en este asunto, y yo he de decir que me parece una posición impecable y envidiable la de nuestro Alcalde al dejarlo a la elección del pueblo. Quiero destacar una frase con la que no puedo estar más de acuerdo y es: “Si la mujer va a participar en el Alarde como soldado, esa decisión la debe tomar primero el pueblo de Hondarribia, empezando por sus mujeres.”
Esto es algo que los integrantes de Jaizkibel no terminan de comprender ni respetar y pretenden imponer sus ideas sobre todo lo demás y ahí es donde reside el conflicto y contra lo que se protesta, y no contra la presencia femenina entre las filas de la compañía Jaizkibel.
El Alcalde toma la posición que la aplastante mayoría del pueblo desea, y no creo que sea algo reprochable.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Día 8 de septiembre de 2010


Aunque con retraso, traigo testimonio y documentos gráficos sobre las situaciones vividas este año.  Comenzaré hablando en esta entrada sobre el día grande, el 8 de septiembre, en el punto más caliente del desfile: la Calle Mayor.
Otra vez volvemos a ver en la prensa titulares del tipo: “Jaizkibel desfila sin incidentes”, aunque, como siempre, falten a la verdad. Este año me he propuesto grabar lo que se puede ver desde una posición normal en esta calle. No es un punto estratégico donde haya más incidentes, ni provoqué en ningún momento, simplemente grabé lo que se veía desde mi posición. Tengo que pedir disculpas porque la calidad de las imágenes dejan mucho que desear y, para mi decepción, mis ojos fueron testigos de más agresiones que no se llegan a apreciar en la grabación, aún así contaré lo que vi y cada uno es libre de creérselo o no sin necesidad de pruebas.
Jaizkibel actuó como nos tienen acostumbradas: por la mañana la manifestación tiene permiso para subir la Calle Mayor, hacer una descarga en la Plaza de Armas y volver a bajar y, normalmente, transcurre sin mayores incidentes. Siempre se  ve alguna provocación y actuaciones inexplicables, pero sin agresiones. Por la tarde sólo pueden subir esta calle, pasan una única vez y lo aprovechan. Insultos, provocaciones, levantamientos de paraguas, estirones y empujones de los mismos, golpes con las baquetas, arranques de pancartas y un largo etcétera componen el variado catálogo de agresiones que se pueden ver desde las filas de esta imitación de compañía hacia la gente que lleva 9 horas esperando en la acera para ver el desfile tradicional y que ejerce su derecho a manifestación pacífica en contra de que nos obliguen a ver su manifestación. Este año me sorprendió una nueva faceta de las mujeres que desfilan con tambor en esta compañía: no sólo nos engañan cuando dicen que lo hacen porque lo único que quieren es participar en las fiestas patronales, si no que además intentan colaborar con la creación de empleo dando más trabajo a los impecables servicios de limpieza de nuestra ciudad. No sé de donde lo sacaron, porque cuando lo vi ya estaban en plena actuación, pero mis ojos no daban crédito cuando detectaron una nube de basura (creo que eran papeles) que caía por detrás de los paraguas de los protestantes de las aceras y que provenían de dos bolsas negras que portaban dos de las mujeres que desfilaban tocando el tambor que, en un momento de complejo de Papá Nöel, dejaron de tocarlos para dedicarse a rociar a la gente con papeles durante varios metros. 
Por lo demás, lo que vi forma parte de la normalidad de la media hora previa al desfile que esperamos ver cada año: el Alarde. Si concretamos, después de su agresiva aparición vespertina me acerqué a los puntos más cercanos a mi posición donde pude ver que hubo tensiones y recogí el testimonio de varias personas. Una joven pareja acompañada de dos niños me contaron que les arrancaron los paraguas de las manos para decirles: “¿Ése es el ejemplo que le dais a los niños?”, curiosa pregunta procedente de una persona que muestra un comportamiento intolerante y agresivo, como tantos otros de sus compañeros, a los ojos de decenas de niños que acompañan su manifestación… Además otras chicas que sujetaban pancartas con el lema “No hemos venido a veros” me dijeron que integrantes de la compañía forcejearon estirando de la pancarta diciendo: “Dad la cara, cobardes”.

Suelen centrar su agresividad en grupos de adolescentes, ignoro si lo hacen por cobardía o porque saben que es más fácil que este sector pierda los nervios ante una provocación y así conseguir la imagen de los gestos obscenos que tanto gusta…También fue en un grupo de chicas jóvenes donde uno de los empujones que propinan en los paraguas hizo que se rompieran las varillas arañándole la mano, como se puede ver en la foto.

En el vídeo se pueden ver varias de estas actuaciones, así como el detalle que tuvo uno de los integrantes de agradecerme con un gesto soez que les grabase. Esta provocación directa fue reprendida por uno de los ertzainas que les acompañan como se aprecia en la grabación.

http://www.youtube.com/watch?v=DFlPEV5eu_I

Al final del vídeo también se puede ver a una mujer que me increpa modificando el grito que se escuchaba desde las aceras y que yo también profería de “betiko alardea” (el alarde de siempre) por el de “emakumea betiko alardea” (el alarde de la mujer, el de siempre), mientras la niña que tiene recogida con su brazo parece mirar confundida… claro, luego somos los “tradicionalistas” los que estamos alienados desde la infancia y educamos en la intolerancia a nuestros hijos.

No me deja de sorprender que uno de los argumentos que se utilice en contra del alarde tradicional sea “lo que ven los niños” cuando en estas actuaciones a penas se ven de la parte tradicional, puesto que aún no han salido a la calle o están concentrados con el resto del alarde y por lo tanto no ven nada de esto, y en cambio esta compañía está acompañada por un gran número de menores que ven cada año actuaciones como las de las imágenes, entre muchas otras. En fin… Otra incongruencia de los manifestantes de Jaizkibel…